“La actitud de involucrarse verdaderamente en la operación de las empresas y no sólo ser un participante más en el proceso, resulta trascendental para nuestra profesión contable en la actualidad”. (Lebrija, 1998, pág. 74)

sábado, 24 de septiembre de 2011

¿Cuál debería ser el papel del contador en la empresa?



La Comisión de Consultoría del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, señala que tradicionalmente las funciones del contador dentro de un sistema organizacional se han visto limitadas a las áreas financieras, de control y administración, aunque el servicio contable se ha caracterizado principalmente por encasillarse en un enfoque tributario (1998).

Este encauzamiento de la contabilidad, se evidencia principalmente en las pequeñas empresas que por superar un monto mínimo, según las normas tributarias, se han visto sometidas a declarar impuestos tales como IVA, retención en la fuente, declaración de renta, etc., por lo cual, también se ven “obligadas” a llevar contabilidad en su negocio. Esto, ha hecho que se vea a la profesión contable, como una herramienta cuyo único valor reside en la presentación de datos, que posteriormente analizarán y evaluarán las instituciones recaudadoras de impuestos, más no, la propia organización. La contabilidad queda reducida a un sistema de conteo, y el contador se convierte en un agente que se limita a suministrar un dato a la empresa: “¿Cuánto tengo que pagar de IVA?, o “¿Cuánto debo pagar de retención en este mes?”.

Los profesionales de contaduría pública, deben ser conscientes de que la continua transformación del mundo (a niveles político, social y económico) afecta a la compañía y la obliga a competir en un mundo globalizado “que sólo acepta a aquellos que estén preparados para asumir nuevos retos; como respuesta a esto que está sucediendo las organizaciones tienen que transformar sus estructuras, sistemas, estrategias y prácticas administrativa” (Cano, 2003, pág. 38). Para que el contador pueda ser considerado como un profesional que va a la par de esa evolución, debe abandonar esa mirada tradicionalista que lo ha confinado al balance general y a la declaración de impuestos, marginándolo de todo proceso que implique discutir y proponer. Vásquez, dice que la información financiera no es integral, pues, únicamente hace alusión a aspectos contables de la organización omitiendo información que aunque no sea contable, puede ser de mucha utilidad para comprender la dinámica del negocio (2003).

Lebrija (1998), en relación a esta temática, plantea que:

El reto del contador público es tener la capacidad de integrar y ensamblar los objetivos corporativos con los objetivos propios, considerando lo que es más importante para la empresa para no perdernos en operaciones cotidianas secundarias. Todo esto para tener un mejor marco de referencia para aconsejar y colaborar en oportunidades para mejorar las empresas. (Pág 76)

Es fundamental reconocer, que el contador es un profesional capaz no sólo de identificar las falencias y errores, sino también, de construir escenarios que propendan por el progreso y el posicionamiento de las unidades productivas, pues, es mediante el análisis que éste puede hacer a la organización como un sistema, que se logran determinar los aspectos en los cuales se deben orientar sus decisiones y sus actuaciones.

Uno de los aspectos fundamentales que diferencia a este nuevo contador, es el de generar un valor agregado para la organización, no siendo solo necesario, sino también, indispensable para que pueda involucrarse en el funcionamiento del negocio y se aparte de la estructura funcionalista que ha condicionado su labor. Desde esta concepción, el contador público necesita asumir un rol cuya orientación trascienda el formalismo legal y la norma contable, que aunque necesarios, resultan insuficientes ante la compleja realidad empresarial. Ese valor agregado involucra las siguientes observaciones:

- El contador público debe comprender que las realidades de las organizaciones son diferentes, por tanto, la metodología de trabajo que desarrolle en una empresa, no va a adaptarse de manera precisa en otra, si por nombre los procesos organizacionales son similares, en su contenido no lo son, por tanto, él es quien debe conseguir que los servicios profesionales que presta se adapten al sistema empresarial, y esto solo puede lograrse si conoce su realidad; lo que implica estar al tanto de los escenarios económico, político-legal, tecnológico, sociocultural y de estructura competitiva, puesto que, son decisivos en los procesos organizacionales.

Para que el profesional contable, pueda cumplir de manera integral con su labor necesita aprender a comunicarse, cuando hablamos de aprender nos referimos a que sea claro y preciso en cuanto las observaciones que haga del negocio y sobre las sugerencias o propuestas que eventualmente presente. En cuanto a esto, Correa, señala que:

El verdadero profesional que domina un tema, en opinión de quien escribe, sólo podrá ser un verdadero difusor de sus temáticas cuando posea la habilidad de comunicarlas, hacerlas entendibles para todo tipo de público y aplicarlas efectivamente en cualquier organización. (2006, pág. 84)

-Si bien es cierto, que en las Mipymes el contador tiene como reto ser un profesional integral, en las grandes empresas también lo tiene; como bien manifiesta Correa, el servicio que el profesional contable ofrece en este tipo de organizaciones, quizás sea parcializado por ubicarse en áreas de especialización, (gestión de costos, auditoría y control, análisis financiero por mencionar algunas), (2006), pero, esto no significa que no pueda desempeñarse en otro plano de la contaduría pública, por el contrario, puede hacer uso de esos conocimientos integrándolos a los objetivos empresariales.

-Es un requisito fundamental para los profesionales mantenerse a la vanguardia del conocimiento, porque, al igual que el mundo, éste no es estático, pueden surgir nuevas formas de hacer que sean más eficaces y adecuadas para un tipo de organización, entonces, el contador debería integrar esos nuevos saberes a su desarrollo profesional, desde una perspectiva de oportunidad y no de entorpecimiento de su función.

-El contador debe repensarse como profesional, esto significaría asumir una actitud de disposición y sobre todo de voluntad ante los desafíos que se le presenten y también entender que el reto no es únicamente para él, sino para todos los agentes de la empresa, por tanto, esa reflexión debe surgir no solo de sí mismo, sino también de un proceso de cooperación.

Resumiendo, el contador público debe cambiar su actitud, específicamente ante el futuro y el papel que desea jugar en él, sin embargo, más que generar la voluntad del cambio (querer) debe generar la capacidad (poder) de cambio de sus actitudes y aptitudes (Lebrija, 1998).

No hay comentarios:

Publicar un comentario